No es para nadie un secreto que durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI, los cambios protagonizados por la información y la tecnología, e influenciados por la globalización económica, han llevado a los individuos asumir nuevas posiciones frente al modo de cómo hoy se concibe el mundo. En ese sentido, dentro de los múltiples cambios a los que día a día las personas se ven enfrentadas, hago énfasis al nuevo rol que hoy debe asumir el Comunicador Social en la “era de la información” (Término acuñado por el profesor Manuel Castell)
Ahora bien, desde mi perspectiva de Comunicadora Social encuentro que la función o el rol de nuestra profesión, es importante para la articulación de la sociedad llegando al punto de ser una persona esencial dentro las organizaciones y empresas de hoy en día. Pero antes aclaremos cuál es el sentido u objetivo de un Comunicador Social. El comunicador social se caracteriza por poseer diferentes habilidades, actitudes y competencias principalmente humanas y comunicativas con un sentido y una visión social, es decir, un profesional con carisma que cuenta con la capacidad para entablar una profunda relación con las personas e involucrarse con sus necesidades. De igual manera, el profesional de la comunicación es la persona que cuenta a su vez con facilidad de transmitir y exponer un mensaje satisfactoriamente buscando en todos los casos que sea comprendido por un público, grupo o audiencia al cual se está dirigiendo. Sin embargo, aclaro que estas habilidades, competencias, y actitudes no son regla para el profesional de la Comunicación, partiendo del hecho que todos por naturaleza somos diferentes y que desde el momento mismo en que nacemos cada individuo va desarrollando diferentes habilidades.
Retomando las funciones del comunicador social a nivel empresarial, quiero compartir la descripción realizada por Joan Costa (DIRCOM): “el comunicador social es el profesional que se ha visto influenciado por grandes cambios, un estratega por naturalidad, un profesional con una visión holística, generalista, que planea y gestiona el todo integrando las partes, con una visión de líder, de direccionamiento, un profesional que no sólo hace parte de la alta gerencia, si no que asume su rol con protagonismo”.
La era de la información
Ahora, la “era de la información” periodo enmarcado por el conocimiento, por las tecnologías y la comunicación es una etapa que abarca algunas de las siguientes descripciones:
– Diversidad de información
– Nuevos instrumentos, herramientas, aplicaciones y medios tecnológicos de comunicación.
– Inexistencia de barreras geográficas.
– Propagación y acceso a la Información de modo casi instantáneo.
-Interactividad.
Ante este panorama, el profesional de la Comunicación es un generador de contenidos, de contenidos responsables y de calidad. Pues es su deber estudiar, analizar, estructurar y manejar la información, de forma adecuada que le permita así contribuir al desarrollo y progreso de la misma sociedad. Asimismo, este experto de la comunicación debe ser proactivo y competitivo, teniendo como instrumentos el conocimiento, las tecnologías, y los nuevos medios sociales.
Al mismo tiempo, frente a este exigente escenario, el capacitado de la Comunicación debe ser un profesional integral, analítico, e investigativo, no sólo desde el ámbito tecnológico, sino que también desde los comportamientos de los seres humanos.
Es así, como llego a concluir que el espectro y el rol de nuestra profesión es amplio y posee puntos interesantes que asumen mayor responsabilidad y compromiso, frente a la dinámica de esta nueva “era de la información”.
Derly Osorio
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