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Ciberbullying, un fenómeno que surgió en el aula y se tomó las redes sociales

Foto del escritor: David MorenoDavid Moreno

La diferencia entre el matoneo que se vive en los salones de clase y el que desafortunadamente hoy se practica en la red, es que el primero se realiza cara a cara, mientras que en el segundo el perpetrador se acoge bajo la figura del anonimato. Siempre he creído que las redes sociales puede aportar a la educación de los niños; en artículos anteriores he tratado de mostrar cómo influyen los avances de las nuevas tecnologías en la formación de los menores, cómo la creatividad y la innovación han permitido que los docentes de esta generación, encuentren una forma más dinámica de educar e impartir conocimiento.

Sin embargo, no puedo ser ajena a un fenómeno que día a día afecta a miles de niños no sólo en Colombia sino en cualquier parte del mundo.

El famoso matoneo ha dejado el salón de clases para introducirse en el mundo de los medios digitales. Facebook y Twitter se convierten para muchos padres de familia en un dolor de cabeza; las redes sociales ya no son vistas como una herramienta educativa, sino como una amenaza para el bienestar de los hijos, como consecuencia de estas absurdas prácticas.

Julian Doley, experto sobre el tema de la Universidad Edith Cowan de Australia, aseguró en una entrevista para el diario El Tiempo, que “definitivamente hay amenazas online que pueden afectar la percepción de seguridad y la experiencia positiva de navegación de los niños (…) estamos viendo que más y más niños entran a formar parte de las redes sociales, de 10 y 11 años, que se saltan las restricciones de edad” (http://www.latinoaustralia.com/estudiar-australia/noticias-australia/El-matoneo-virtual-es-un-problema-de-comportamiento-social).

Todos los niños están expuestos constantemente al matoneo, pero son mucho más vulnerables los que no cuentan con la

supervisión de padres y/o adultos responsables. Por eso es importante, y una de las principales recomendaciones, que los computadores a los cuales los niños pueden tener acceso deben tener restricciones de navegación.

Entre las consecuencias que puede traer este tipo de abusos, se destacan las quejas sománticas, miedo a ir al colegio, soledad, angustia, bajo rendimiento académico, baja autoestima y depresión.

En Colombia, el más reciente caso se presentó en El Poblado (Medellín). Un niño de 12 años fue víctima de mensajes que ponían en duda su sexualidad. A través de Facebook, fueron publicadas fotografías del menor; adicionalmente se había creado un grupo en el que las personas podrían participar y comentar las razones por las cuales este niño era considerado gay. “Según las cifras publicadas en 2010 en el sitio web de delitos informáticos de la Policía Nacional, del total de denuncias un 10.5% de las personas manifestaron haber sido víctimas de suplantación de identidad en el chat; un 7.4% fue víctima de rumores y falsedades en redes sociales; 7.3% sufrió amenazas en Messenger; un 6.6% se encontró con fotos de ellos mismos, consideradas indiscretas, y un 1.2% recibió videos comprometedores por e-mail. En muchos casos, las personas que incurren en estas prácticas sienten un aparente manto de impunidad cuando se trata de Internet” (bit.ly/YzwDSU). A pesar de que las redes sociales están siendo utilizadas para este tipo de acto atroz, a través de éstas también se ha generado el rechazo al matoneo virtual o ciberbullying.


Campañas como  NO Al bullying y matoneo congregan a docentes y estudiantes a alzar la voz en contra de quienes se dedican a humillar y afectar la imagen de los más pequeños. Invito a todos los menores a que denuncien este tipo de actividades, y a los padres de familia a que ejerzan un mayor control a sus hijos.

Paola Guzmán Vanegas @paoguzmanv Coordinadora de Proyecto SISGECOM

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